En la actualidad nos encontramos inmersos en entornos que están plagados de desechos artificiales: escombros, residuos inorgánicos altamente contaminantes e incluso objetos abandonados que cuentan su propia historia y que conviven a la par con los residuos naturales de organismos vivos, como los frutos y las hojas secas que caen de de los árboles.
Como una alternativa para estos objetos ya desgastados que configuran nuestro ambiente pero que pasan desapercibidos, o que en su defecto, contaminan el paisaje tanto visual como biológicamente, ha surgido una nueva especie. Los Mutephemerus, individuos de una especie animal apenas conocida, toman forma a partir de estos desechos cargados de memoria, dándoles una nueva vida y convirtiéndose a sí mismos en seres llenos de historia y de significado, en puente conciliador entre el mundo natural y el mundo artificial creado por los seres humanos, y en entes portadores de la huella de vida que han dejado los residuos orgánicos ya desgastados, junto con el cúmulo de recuerdos que ya hacen parte de esos objetos utilizados y abandonados por el hombre.
Características de la Especie
El nombre Mutephemerus del latín muto “cambiar”
“transformar” y ephemerus “efímero”,
hace referencia al comportamiento típico de esta especie, que toma de su
hábitat objetos efímeros para transformarlos en beneficio de su propia formación
y crecimiento, pudiendo así decir que renacen de sus cenizas.
Esta especie surgió como fruto de una
investigación biológica en la que se pretendía modificar ciertos hongos y
microorganismos para optimizar sus capacidades como biofertilizantes y fitorremediadores,
sin embargo, este experimento que en un principio solo pretendía limpiar y
restaurar los suelos contaminados se salió un poco de control y estos
microorganismos comenzaron a crear seres conscientes y autónomos a partir de
los recursos que tenían en su entorno.
Al estar compuestos de esta materia
efímera y ya deteriorada se desgastan rápidamente, por lo que se ven obligados
a restaurarse a sí mismos de manera constante, recolectando del entorno
aquellos elementos con los que pueden reconformar su cuerpo. Los Mutephemerus tienen características muy
extrañas, la más curiosa de todas ellas es la irregularidad morfológica entre
cada uno de sus individuos, pues su cuerpo no obedece a una descripción física
estable que los haga reconocibles sólo con la lectura de sus particularidades
físicas en los catálogos de biología, debido a que la forma que pueden tomar se
hace en cierta medida impredecible. Igualmente, un individuo varía
considerablemente su apariencia a lo largo de toda su vida, pues la manera en
que se reconstruyen no sigue pautas específicas.
A pesar de todos estos problemas con
el reconocimiento de los Mutephemerus, tras
la observación de varios especímenes, se ha concluido que cada uno de estos organismos
elige imitar la forma de una especie animal ya existente, y que curiosamente es
reconocida por su longevidad o por su capacidad regenerativa.
También se tienen dudas sobre la
duración del ciclo de vida de estas criaturas, pero incluso hay quienes
sostienen que gracias a su capacidad reconstructiva y adaptativa gozan del don
de la inmortalidad. Sin embargo se hace muy difícil comprobar esta hipótesis,
pues los Mutephemerus usualmente
habitan en los mismos lugares en los que toman los repuestos para su cuerpo, lo
que les añade cierta capacidad mimética en su entorno y los hace aún más
difíciles de reconocer.
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