Las mariposas se cuentan entre los insectos más coloridos y bellos de nuestro planeta. Estas características unidas a su peculiar ciclo biológico, han estimulado al ser humano a dedicarles una atención preferente dentro de su ámbito cultural, incluido las manifestaciones religiosas y culturales. Es por esto que a lo largo de la historia se les han dado diversos significados simbólicos a estas criaturas.
En la antigüedad se creía que la transformación asombrosa por la que pasaban las mariposas era similar al viaje del alma de un cuerpo terrenal a un cuerpo espiritual. Este animal es símbolo de inmortalidad, de renacimiento y resurrección. Su transformación de una oruga, que a veces puede verse repugnante, a una hermosa y ligera mariposa, simboliza el alma, el espíritu y el renacimiento.
Incluso se llegó a comparar el proceso de la muerte humana con
la metamorfosis que realiza la mariposa: El fallecimiento del cuerpo humano es
idéntico a lo que sucede cuando una mariposa emerge de su capullo. El capullo es
el cuerpo humano, ese envoltorio material que no es nuestro ser real, sino que
se trata solamente de la casa donde vive por un tiempo. Morir es mudarse de una
casa a otra mucho más bella. Es emerger como una mariposa y volar libremente.
Todas estas interpretaciones simbólicas fueron motivadas por un proceso que maravilla al ser humano: La metamorfosis.
Se le llama metamorfosis al conjunto de transformaciones externas e internas que sufre el insecto durante el ciclo comprendido entre el huevo y el estado adulto.
En el Mariposario Selva Viva, pudimos observar los cuatro
estados diferentes que comprenden el ciclo de vida de una mariposa, en distintas
clases, variedades y colores de esta maravillosa criatura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario